
¡Hola, amantes del buen comer! Hoy vamos a hablar de una receta que une dos tradiciones culinarias de manera sorprendente: Cervelle des Canuts al estilo vasco. Esta delicia combina la suavidad del queso fresco con toques que nos transportan directamente al País Vasco, haciendo cada bocado una experiencia única. ¿Estás listo para descubrir los secretos de esta especialidad? ¡Vamos allá!
Cervelle des Canuts (fromage frais) à la mode basque
Si te preguntas qué es la cervelle de canuts, déjame ilustrarte sobre este plato de raíces francesas que nos llega de Lyon. Originalmente, es una mezcla de queso fresco batido, condimentado con un buen puñado de hierbas y especias, como sal, pimienta, cebollino, ajo, chalotas, un chorro de vinagre y un generoso toque de aceite. Dicen que el nombre «Cervelle des Canuts» podría ser un guiño humorístico a los canuts, esos trabajadores de la seda. Pero, déjame decirte, de cerebros nada vacíos está este plato.
Esta receta que nos ocupa hoy es una variante que le rinde homenaje a la tradicional cervelle de canuts, pero con un toque vasco. El renombrado chef A Wool Darroze la bautizó como Cervelle de Ganix, en honor a un astuto contrabandista vasco del siglo XIX, Ganix, quien, contrario a lo que su mote podría sugerir, era un verdadero maestro en su oficio.
Ganix fue un famoso contrabandista del siglo XIX y este hombre era muy talentoso en este arte a pesar de su apariencia de muerto cerebral.
Gracias Alain por esta inspiración culinaria.
Para 4 personas vamos a necesitar:
- 250 g de greuilh (*) u otro queso fresco (puedes elegir de vaca, cabra, oveja según tu gusto)
- 150 g de jamón de Bayona
- 2 cucharadas de cebollino picado
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1 chalote picado
- 1 pizca de sal,
- 1 pizca de pimiento de Espelette
- 2 manojo de rúcula
- vinagreta
Comienza con el jamón de Bayona, congélalo ligeramente para poder cortarlo en finas láminas. Posteriormente, dóralo en una sartén bien caliente y déjalo reposar.
En un bol, mezcla el greuilh con las hierbas picadas, el jamón, un poco de ajo y ajusta el sazón con pimiento de Espelette al gusto. Deja enfriar esta preparación durante unas 2 horas.
Momentos antes de servir, sazona la rúcula con la vinagreta preparada y disponla como cama en los platos. Forma pequeñas quenelles con la mezcla de queso y colócalas sobre la rúcula.
Adorna cada plato con unas ramitas de cebollino y dale un toque de color con mermelada de pimiento vasco dulce. Esto no solo realzará el sabor, sino que hará que tu presentación sea digna de Instagram.
Y si te preguntas dónde probar esta deliciosa fusión de la gastronomía lionesa y vasca, te cuento que ha sido degustada en la Feria Internacional de Burdeos, donde el propio Alain deleitó a los comensales con su innovadora creación. ¡Una verdadera delicia!
(*) Greuilh es un queso fresco de oveja: el suero que se calienta hasta que las proteínas suspendidas coagulan. Esta cuajada se escurre y se disfruta con café, azúcar o incluso mermelada. ¡Es un producto lleno de sabor y bajo en grasa!
Ahora que conoces esta maravillosa receta, ¿te animas a darle tu propio toque? ¿Tienes alguna variante que te gustaría compartir? Hablemos de nuestras experiencias culinarias con la Cervelle des Canuts al estilo vasco. ¡Espero tus comentarios y sugerencias!